Desde los tristes acontecimientos que precedieron el referendum del 2007, tenemos claro, en este país de democracia centenaria, el rol de los medios masivos de comunicación. Una "noticia", una "opinión de experto" pueden convertirse, por la magia de la repetición constante en un móvil de la voluntad. Así fue como, por ejemplo, el cacareo de un profesor de Georgetown, presentado como "doctor en economía" (lo cual no era cierto), emitido por la cadena CNN en español, logró poner en duda a más de un elector durante la tregua electoral que precedió la decisión soberana sobre el TLC.
Hoy, a tan solo 4 días de las elecciones presidenciales, asistimos al mismo escenario. Esta vez, la cadena CNN se propuso entrevistar a la candidata Laura Chinchilla (PLN) quien, gracias a la proyección mediática "lidera" las encuestas. De esta forma, se le da a la candidata una figura internacional, se le da a conocer en el ámbito latinoamericano y se le consacra como ganadora. Es cierto que la periodista Patricia Janiot se cuidó mucho en su utilización del condicional. Sin embargo, para nadie es un secreto que dicha exposición, cuando faltan unas horas para que se abran las urnas, puede ejercer un peso importante en la decisión del elector. El reconocimiento explícito que está haciendo CNN entrevistando únicamente a esta candidata, señalando de paso que podría convertirse en "la primera mujer en dirigir Costa Rica" apunta hacia una escogencia anticipada. Se da por un hecho la victoria que se decide el domingo 7 de febrero.
Aunque es un deber del Tribunal regular este tipo de exposición mediática, sobra decir que dicha institución carece, no sólo de la voluntad, sino de la capacidad para hacerlo. Cuando vimos, hace 3 años a Luis Antonio Sobrado en el programa "Bailando por un sueño", la noche anterior al Referendum, comprendimos claramente que todos tienen su lado débil. La exposición mediática encandila, incluso a los más tímidos. De ahí, la necesidad de un control ciudadano sobre lo que se transmite en los momentos previos a una elección.
No permitamos que las decisiones se tomen por el "rating" de una cadena internacional. Ese tipo de entrevistas deberían darse después de las elecciones, cuando se han calmado los fuegos electorales y la suerte ha sido echada. Pero no antes. Así que apágue CNN y reflexione.
jueves, 4 de febrero de 2010
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